CON EL CORAZÓN EN LA PICA por José Hugo Fernández




 

                                          CON EL CORAZÓN EN LA PICA

 

La poesía, como un pequeño animal, pide aire… Más que ruboroso clamor de principios o queja elevada a lo insondable, este verso de Odalys Interián es primicia de su más reciente libro, “Que el amor les responda”. Un impasse refrescador para el pequeño-gran animal que es la obra de la poeta, dado en oportuno giro de forma y contenido. Pues, al mismo tiempo que nos distancia eventualmente del regio caudal metafórico y de las enaltecidas ilaciones con la muerte, reafirma su versatilidad, que es como el carbono: razón de la dureza del diamante y de la blandura del grafito.  

El amor viene a representar entonces el soplo de aire fresco demandado por Odalys. Es la palanca del giro, pero aquí no se limita a trazar los convencionales intercambios de la relación de pareja, sino que más bien se deja ver por conducto de ese agujero que se abre en el lenguaje cuando aquello que nombran las palabras actúa poéticamente sobre su habitual significado. En el fondo, dominan los registros de sobria belleza. En la forma, sobresale un interés expreso por el uso de la imagen, la metonimia, la alegoría… como sucedáneos de la metáfora y en tanto recursos para hacer más fluido y digamos menos relumbrante el discurso poético: Todo el desgaje de la luz/en esos ojos/que vienen por mí/que siempre me encuentran/en la alta noche de la crucifixión.

Si algo de verdad contiene la antigua creencia de que el poeta es instrumento del lenguaje y no lo contrario, tendríamos que celebrar el enorme poder de ese logos que ha sido capaz de regular la exuberante expresividad de Odalys al punto de convertir su nuevo poemario en un dechado de concisión -y hasta de hábil contención-, lo cual no suele ser visto con frecuencia cuando se trata del tema amoroso con sus acostumbradas concentraciones de azúcar, como diría Gombrowicz: Esta es la palabra que sabe del amor/que va como un pan de todos/y se ofrece/y celebra/aunque todo a su alrededor/sea un campo minado… Siglos atrás, Pinciano elucubraba sobre el amor como hacedor de poetas. Y antes, Platón había relacionado el Eros con la cuna de la inspiración. Un poco de ambos supuestos podríamos entrever quizá en el poemario “Que el amor les responda”.

No obstante, me parece que, de cualquier modo, Odalys continúa sin apartar la vista de su libro de cabecera, la Biblia (Porque yo te escogí/abrí todas las puertas de par en par/ y dije entra:/mora en esta verdad/en este desacierto que soy…). Por lo que además de constituir un patrón de conducta para su día a día (Días en que puse el corazón en la pica/en el discurso enorme del verso…), los calígrafos de las Sagradas Escrituras pudieron haberle ofrecido, para el caso, el recurso de la sobriedad, tan usado y recomendado por ellos como estilo de vida y de escritura, y que tan pertinente resulta en esta búsqueda de un refrescamiento para nuestro clima poético.

José Hugo Fernández, Miami, agosto de 2023.



 Biografía 


El escritor habanero José Hugo Fernández ha publicado una treintena de libros, entre ellos, las novelas Los jinetes fantasmas, Parábola de Belén con los Pastores, Las mariposas no aletean los sábados, Mujer con rosa en el pubis, Florángel, El sapo que se tragó la luna, El tigre negro, Cacería, Agnes La Giganta o El hombre con la sombra de humo; los libros de relatos La isla de los mirlos negros, Yo que fui tranvía del deseo, Hombre recostado a una victrola, Nanas para dormir a los bobos, Muerto vivo en Silkeborg o La novia del monstruo. Los libros de ensayos y crónicas  Siluetas contra el muro, Los timbales de Dios, La explosión del cometa, Rizos de miedo en La Habana o Entre Cantinflas y Buster Keaton. Reside actualmente en la ciudad de Miami. 

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