Instantes a contraluz /Poesía reunida /Amanda Reverón
Instantes a contraluz
Amanda Reverón es una poeta que disfruta de jugar con
las imágenes y construye universos tan ricos como variados. Universos donde
“hay árboles que no concilian el sueño / y se quedan durante horas sobre el
vértice / quietos entre los ojos de un pájaro”.
Ella es, por sobre todas las cosas, una artista del
asombro que en su caminar poético es capaz de oír como “el tiempo sigue
trinando poesía” o de reparar en “el callado gesto de un caracol”. Es una
escritora que crea texturas de luces y sombras que se convierten en versos
livianos que parecen fluir entre los textos, más allá de la profundidad que
acarrean. Versos que, en ocasiones, se convierten en un “Pregón de paisajes
intactos / y sombras en cautiverio” o que tallan “su soledad al vaivén de las
olas”. Es hacedora del verso que “embiste y rasga la humedad”, que se mece en
el viento y que encuentra su destino en nosotros, los lectores.
“Poesía reunida” es un libro que viene a romper el
silencio largo de una autora que debió aprender a convivir con la poesía, en la
tinta y no en el papel. El nuevo trabajo de Reverón cuenta con un compendio de
cuatro de sus trabajos (tres de los cuáles son inéditos). Estos textos, que son
tan íntimos como filosóficos, por momentos parecen convertirse en poéticos
óleos multicolores que intentan plasmar oníricos paisajes que lo dejan al
lector y a ella, misma, “al filo del abismo” o “en el vientre del bosque”.
Una propuesta que estremece y que se presenta como “el resabio de la noche” que enarbola “...al viento/la orfandad/de tristes caracolas”. En medio de esta cadencia poética Reverón le da lugar al amor, al desamor, a la aventura que le propone la escritura y más. Mucho más. En este libro la autora no teme a las preguntas ni a las expresiones que la muestran vulnerable. Sabe, y lo deja claro, que la poesía no trae respuestas, sino que -al igual que la filosofía- plantea cuestionamientos, interrogantes, dudas, curiosidades e interpelaciones.
Este trabajo también tiene letras cautivas, que nacieron del encierro y guardan dolencias pandémicas. La autora deja claro -poéticamente- estas marcas:
“El viento / aún reposa en los sepulcros / donde una letanía vaga sigilosa / entre los difuntos, / con un silbido ronco sin dolientes. / No me es ajena esta ciudad / de callejones mustios / y pájaros enjaulados”.
Esta obra encuentra en la brevedad poética de sus
versos una multiplicidad de sentidos que permiten varias lecturas. Allí los
lectores podremos hacer uso de la osadía para adueñarnos de la poética de esta
entrañable autora venezolana.
Leandro Murciego
Poeta, periodista, coach literario
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