LA POETA Y LA MUERTE COMO DESAFÍO. José Hugo Fernández García.
LA POETA Y LA
MUERTE COMO DESAFÍO
Tal vez tenía razón Pascal cuando advirtió que es más fácil soportar la muerte sin pensar en ella, que soportar lo que se piensa y se siente ante la muerte de un ser amado. Odalys Interián dedica el poemario Dónde pondrá la muerte su mirada, a su abuela, alguien con quien afirma haber estado unida mediante muy especiales nexos de amor y admiración.
Cada poema de
este libro, cada verso, es síntesis apasionada del drama que sin duda debió
sufrir la poeta. Y es al mismo tiempo un venturoso intento por condensar lo más
exquisito que se haya escrito en torno a la muerte, desde la Epopeya de
Gilgamesh hasta hoy, lo cual no es poco y no excluye a ninguno de los grandes
clásicos de todas las épocas.
Resulta
sumamente difícil sostener el pulso a lo largo de más de sesenta poemas
dedicados a un mismo tema, sobre todo a un tema tan desgarrador como la muerte,
sin que decaigan el ritmo ni el magnetismo de la obra. Se precisa no sólo de
motivaciones bien hondas, sino de u
En El libro de
los filósofos muertos, de Simon Critchley, se cuenta una anécdota, posiblemente
apócrifa, según la cual cierto personaje de los tiempos de Confucio quiso que
éste le hablara sobre la muerte. A lo que el célebre sabio chino respondió: Si
no comprendes la vida, ¿cómo esperas llegar a comprender la muerte? Desconozco
si en medio de su agrio luto a Odalys Interián le alcanzaría el tino para tener
presente esa lección. Tal vez ni siquiera le habría interesado hacerlo. Lo que
sí me parece evidente es que la perplejidad bajo la que demuestra haber escrito
la mayoría de estos versos, actuó como propulsora de los momentos más sublimes
del libro (Quedarse en el tísico desmayo
de la tarde/en el adiós /entre la
ausencia y la palabra/como está escrito: en paz de nadie).
Por lo demás,
no es un secreto que la muerte condiciona en sí misma un impar acto poético,
por sus intrincados misterios, por las emotividades que genera, y porque a
pesar de los pesares, la belleza también flota sobre el horror como el cielo
sobre los cataclismos.
En todo caso,
corresponde a los auténticos poetas moldear los condicionamientos de la muerte,
convirtiendo su deriva de irremediable dolor en cordial viaje hacia la
trascendencia. Es lo que ha hecho Odalys
Interián con este libro. No gratuitamente expresa en versos memorables: Los
poetas resisten/siempre resisten/el espanto primero de la lucidez. Y luego de
haber resistido ante ese espanto, ¿quién dudaría de su disposición para asumir
la muerte como otro desafío de la poesía? Uno más. Esencial si se quiere, pero ni
más ni menos.
José Hugo Fernández García.
Miami, agosto 31 de 2019.
Biografía
El escritor
habanero José Hugo Fernández ha publicado una veintena de libros, entre ellos,
las novelas “Los jinetes fantasmas”, “Parábola de Belén con los Pastores”, “Las
mariposas no aletean los sábados”, “Mujer con rosa en el pubis” o “El tigre
negro”; los libros de cuentos “La isla de los mirlos negros”, “Yo que fui
tranvía del deseo”, “Hombre recostado a una victrola”, o “Nanas para dormir a
los bobos”. Los libros de ensayos y crónicas “Siluetas contra el muro” y “Entre
Cantinflas y Buster Keaton” Ha publicado recientemente los libros: MUERTO
VIVO EN SILKEBORG, y FLORANGEL… Reside
actualmente en Miami.
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