Poemas de Carlos Gualpa





RELIQUIA

                                                                                                                                              

Veo la inocencia

cobijada de pasiones

romper el límite

entre orgullo y soledad.

 

Se cubre la ausencia

reconoce el pudor

en la absurda ceremonia

aletean mariposas

náufragas de vuelo.

 

Mis ojos son llaves

que abren el mundo

buscan esa inocencia

escabullida

tras las sombras

de esos pájaros sin alas.

 

 


No cierres tus párpados

déjalos en la herrumbre

deja que esa pausa ciega

silenciosa y forzada

duerma el sueño del tiempo.

 

Mira al cielo /su oscura dimensión

tras las cortinas oxidadas del espacio

no cierres tus párpados

deja que los ojos

se acostumbren

al refugio oscuro del silencio.

 

 

 

Amarla

en la profundidad de los tilos

abrir todas las jaulas

y dejarla en el viento.

 

Amarla

más allá de los miedos

 del silencio ocioso

 de los nuevos monstruos

 que desean probar

 mi sangre de lujuria.

 

Amarla

lanzar al vacío la piedra

que romperá el candor

desgajado de su flor amarga.

 

Amarla

como un pájaro sediento

en tardes sin agua

parar el segundo acosador

 perseguido por el tiempo.

 

 Que soles negros cubran

lo desnudo de sus voces

perdiéndose en la hondura

perezosa de la tarde.

 

 

 

Déjame

en la soledad otoñal

a la sombra de los pájaros mustios

con la tarde

llenando mis silencios

hablándole a las hojas

mi mudo lenguaje de labriego.

 

Déjame junto al cerco

hundido

como el último rayo fulminado

me iré lentamente

siguiendo las huellas

de los amores perdidos.

 

 

Sentado en el telar

                        del tiempo

buscando un párrafo

en ese hilvanar de las sílabas

una tertulia

de inaudible silencio

donde solo el aire

                                  es testigo

mientras en el horizonte cruza

una bandada de pájaros feroces

un arco iris

rompiendo la tarde

en su última penumbra.

 

 

Me rondan mil muertes

encadenadas

al desorden del caos

como fértiles semillas

ellas buscan

desean perforar mi humanidad

hundirme en su pestilencia.

 

Rompen las brújulas

no hay norte

es la caravana que llega inexorable

con mano pecadora

enciende la pira

continua en lo fecundo

dejando una sutura sangrante

bajo un sol envejecido

que gira en el círculo eterno

de la expiación.

 

 

 

Viajo con la muerte desnuda

en mi boca

alado buitre

temo respirar certero

ese manto de angustias

la mortaja invisible me persigue

coqueteas con el rictus rojo

del silencio

estas ahí al acecho

no te dejas ver

cual fantasma

tu garra destructora lastima

en la desolación

me refugio

en los secretos de lo desconocido

como un mensaje guardado en la botella

en el tormento

apenas soy un náufrago

a merced de las tempestades

con la vista puesta

más allá de los puntos cardinales.

 

 

 

Qué parches le pondré a mi cuerpo

qué ungüentos sanadores

restaurar podrán los males invisibles

taparé mi boca con trapos santos

me purificaré con inciensos

bajo la Lluvia impura.

 

Podré lavarme en el barro

hasta ser yo mismo arcilla

pulida.

 

Bajo los soles endémicos

romperé esa coraza pestilente

hasta descubrir la nueva piel

el ser hundido

en lo profundo del pantano.

 

Caminar hacia el alba

pisando el rocío

absorbiendo

lo puro de la tierra

con las manos abiertas

esperando recibir la vida.

 

 

 

Continúa la sombra

alejándose tras nubes

el sol  se asoma 

un reguero de tumbas

se esconde en los campos santos

el sacrilegio de trapos rotos

de faz macabra

no hay caravanas de dolientes

ni cortejos de lágrimas

espera mustio el hueco

solo las cruces oxidadas

ofician de testigos

la tierra cubre lo virulento

 marchan los pocos

con los rostros cubiertos

alejándose

de ese paisaje lunar

tomando distancia

y con la muerte

surcando sus espaldas.

 

 

Quién podrá socorrerme

estoy en el foso rodeado de fieras

gruesas rejas delante de mí

enturbian la visión.

No tengo valor

sigo en posición fetal

soy menos que nada

no soy Daniel

estos leones me devorarán

ellos huelen mi sangre

 mi mente estalla

oro de rodillas

ante las bestias

Aumenta la fe

que sigue abrazando

la piedad desmedida 

de Dios. 

 

 

                                                       

 

Descansa la luna

sobre el lomo húmedo del río.

Una lluvia de estrellas juega

a reflejarse

buscan el nido pasional

refugio de tormentas.

 

Quieta la noche

en su estertor de sombras

rueda una estridente melodía.

Y como un náufrago

adormecido de silencios

te veo en  el retrato del agua

y me dejo llevar

como barca a la deriva.

Eres el mejor sueño de la noche.

 

 

 

 

Vuelvo a la esquina de la infancia

arco de luz

antorcha que ilumina el sol

rebelión /símbolos

pasiones transitorias.

Escapo de la piel

buscando lo recóndito

un fuego palpable  /apagado

pájaros en la herida supurante.

Cae la noche sobre un colchón de estrellas muertas

la oscuridad es túnica

soy refugio del relámpago

he matado la imagen del espejo

seré llovizna

una estatua de muerte  inclinada

invito al viento que muestre su camino.

Una máscara de piedra desciende sobre el agua

abrazada de heridas

en la cicatriz del tiempo.

 

 


Regreso

la infancia aguarda

ahí al alcance de la memoria

ríos de piedra

ruedan en las imágenes

Regreso

a la esquina de mi niñez

algarabía desatada

ropajes pobres

espíritus sin rejas

arcilla y barro

apenas una chispa de luz

jugando bajo el sol

las risas

signo musical sin partituras

destejiendo el tiempo

macerado en la memoria.

Buscar la caridad

despedazar escarchas

hojas caídas /amarillentas de tormentos

en el bosque seco del ayer

 regreso… 

con lágrima perpetua

y la imagen viva en el espejo. 

 






















                               En la presentación de Soledades compartidas. 


Carlos Gualpa, (Mendoza, Argentina, 23 de agosto de 1951), poeta, narrador. Reside actualmente en Miami, es miembro THE Cove Rincón, colabora en comentarios con la revista THE COVE RINCON. En su actual ciudad de residencia ha sido premiado en el concurso XXI aniversario THE COVE RINCON, en poesía. Participa en la antología del libro de poemas y cuentos cortos organizado por el Instituto de Cultura Peruana (edición 2017). Participa en el libro “as artes en nuestras Vidas” antología y narrativa y artes visuales. Fue mención especial en el evento 23 Aniversario de narrativa, con el cuento corto “Dos Segundos” (2018). En el 2001 recibe mención de honor en Naciones Unidas con el poema: “Jazmín de Enero”. Tiene publicado el libro de poema: “Soledades Compartidas’’, y en proceso de publicación: “En la ronda de la última plegaria”, tiene además dos libros inéditos de cuento y poesía. Participa como invitado especial en la biblioteca John Kennedy, por la organización AIPEH, en homenaje a los poetas latinoamericanos en el año (2015). Es invitado en el Instituto de Cultura Peruana, para la apertura del libro del poeta Ricardo Calderón, en la biblioteca de Miami Dade (2015). Invitado especial en la conferencia de The Cove Rincón, donde habla sobre la vida de la poeta argentina, Alejandra Pizarnik. (2016). Participa como invitado especial en la reunión anual Cuba Es, en el auditórium NPTI, con el poema; “Cual fue la Hoz”, (año 2017). Invitado especial en la reunión de FIU, en la semana del amor, con el poema:” Las Manos”, (febrero 2017). Invitado como jurado en el evento organizado por Academia del Saber, en el festival Arte puro. (Diciembre 2017). Invitado a disertar sobre el tema las armas matan, el arte da vida, por la Academia del Saber, año 2017. Participó como invitado en el programa de radio bruckiska, de Estocolmo, como entrevistado de la semana. (año 2017).

 


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