Poemas de Pablo Alemán





Sentir

 

Leyendo a Emily Dickinson.

 

El fruto ya en el aire,

acompasando con un murmullo

de arañas cobijadas

en las tardes de lluvia.

 

Que pueda oír –a la tierra–

confidencias en sus malos momentos

y a los pájaros por el paseo

del sonido de sus parejas.

 

Que respire el tacto

que inhala la vida

y que trascurre por días y noches

–sólo por el cielo del sol.

 

Quizás le toque marcharse algún día

tras la llegada del cuchillo de acero.

 

(Madera y metal, Ed. Idea, 2015)

 



 

Isla

 

A veces pienso

que mi alma fuera

como una isla,

rodeada durante muchos años

de un espejo de azogue inconmovible.

Dámaso Alonso

 

Yo viví aquella Isla

en la misma antigüedad

que ha recorrido, que ha pasado

desde el lugar más recóndito

hasta espacio más vivo

en aquel tiempo de inocencia.

 

Sentida la Isla de mareas,

en acantilados de infatigables viajeros

y en un cielo confidente, horizontal y húmedo,

todas hechas de madera universal.

 

Isla acostada en el límite de verdad y ensueño,

dentro de la inmensidad joven,

como un fruto entre troncos

que durmiera frente a la luz del horizonte.

 

Con héroes vestidos de verde

que luchan contra espadas de metal

y palos endurecidos por los hombres

centenarios a través del sol y de la hierba.

 

Y todavía veo el reflejo,

en esta otra Isla,

como si hundiese su pecho en mis manos.

 

Seguir siendo y estando en aquella Isla,

en medio de un –Océano– perdido

desde una acuarela hecha presente,

 

donde, a pasos sonoros,

la luz y la realidad se reinventan

en esta armonía.

 

(Madera y metal, Ed. Idea, 2015)

 

 

 

 

Incertidumbre

 

La peor muerte es la distancia

–o eso dice el agua del mar

en su recogimiento más íntimo.

 

Cierro los párpados

–imágenes de infancia,

sol más puro en los ojos–

 

y sólo busco en el oleaje extraño

mis rencores hundidos en la tierra.

 

Una distancia,

un deseado olvido...

 

...marcando mi muerte con la suya,

 

con sólo el deseo, el ánimo

de no saber –desde mi vacío interno–

qué hubiera brotado de nosotros.

 

Un camino incesante,

sin ni siquiera arena para andar,

es un papel que se quema en el tiempo.

 

(Madera y metal, Ed. Idea, 2015)

 

 

 

 

Palabra y realidad

 

Envolver la realidad innegable,

cerrar los ojos

y hacer que el mar se pose

en una sola hoja...

 

... todo eso se encoge

en la verdad de una sola palabra.

 

Y que una mirada, un nacimiento

en transparencia,

la sombra de un árbol

o el metal brillante de una farola

puedan cegar el alma en movimiento,

 

palabras que explosionan en su boca

acaba su existencia cuando levanto la cabeza,

y leo: realidad innegable,

 

esto...

es la nada en su esencia más dura.

 

(Madera y metal, Ed. Idea, 2015)

 

 

 

 

Nueva punta

 

No hay más miedo que ver

cómo la espada se forja

insultante, donde el herrero su luz

pulimenta acostada en yunques.

 

“Tan duro, tan metal, tan eterna,

tan sin palabra y tan sin ley

–tan extrema y tan normal.”

 

No: No ciega la muerte que le ofrece

a su dueño. Inquieta su constante fin,

–viva o muerta,

prosigan o no las batallas.

 

Pero no da miedo –repito–

las espadas en ristre:

 

Y es que siempre habrá alguien recostado

en su silla de madera

sacando punta a una nueva espada.

 

(Aquel lejano lugar, Ed. Cartonera Island, 2018)

 

 

 


 

Verde

 

Verde que te quiero verde

F. G. L.

 

Y el hermético verde

 

haciendo juegos de sofá,

cambiando el dial de los disturbios,

dando carnaza al verbo vacío,

creando burlas de espadas.

 

Y el durmiente

 

rodando el verso hacia el otro lado,

llorando al prójimo sin imaginar,

rugiendo de hambre de verde,

saqueando la nevera de la ignorancia.

 

Y aquel lejano lugar,

 

yacente como una brecha sin coser,

fugado como la justicia en sombras,

bañado en limo mezclado con opio,

violado en tanto que el fusil se sacude.

 

“y más verde todavía, si cabe

en este papel en verde.”

 

(Aquel lejano lugar, Ed. Cartonera Island, 2018)

 

 

 

 

 

  

El ciclo que acaba

 

Y no busquemos injusticia

–real, aunque estemos en el humo

creado por tubos de escape–

 

ni hallemos lágrimas horizontales,

ni compasión ni temor a la vez...

 

“Es el efecto de escribir –compasión

y temor–

para volver a la estancia

y recobrar el juicio.”

 

Cerrar la página es normal

–los poemas lisos sobre mis penumbras...–

pero al final se esculpen las palabras:

 

El cañón que despierta en un lejano lugar

a la ciudad...

 

El ciclo que acaba con las primeras luces

del día.

 

 

(Aquel lejano lugar, Ed. Cartonera Island, 2018)

 

 

 

 


 

Incendio

 

¡Ah! ¡Qué altura abrasadora! ¡Ah, mis pies de fuego!

 ¡Mis pies candentes!

Algenoon Blackwood, El Wendigo

 


Así te exceden los bordes,

el Wendigo 

aullando suave en tus miedos

mientras te quemas los pies,

 

buscando el río con trote

incandescente

en donde el árbol no es hombre

sino  la yesca sin calma,

 

porque te exceden los cercos

porque, en fin, es el sino

de quien escucha su nombre

 

-si es que aún se pronuncia

su grito fósil y deseante-

 

y cae en las brasas,

en las cenizas que el viento

dispersa siempre al azar.  

 

 

(Inédito)

 

 

 

 


Orilla, jungla, descenso

 

II.

Y, de repente, la noche.

(S. Quasimodo)

 


¿Quién dice que no hay jungla en esta orilla?

¿Quién fue el que taladró este movedizo

solar con infinitos hundimientos?

Allá lejos se espesa una hilada

de bosques en conjunto con el barro.

Allá lejos se agitan las montañas

y fluyen sus valles de inocencia.

Allá lejos, en fin, se desvanecen

las sombras en un verde oscuro de alba. 

Y aquí, en esta playa de horizontes,

las mismas apariencias se enredan

en blanco para luego replegarse

y abrirse nuevamente en soledad,

ahogando todo aquello que los ojos

cubrieron para alzarse desde la arena.

 

 

 

 




Bibliografía breve

Pablo Sergio Alemán Falcón (Arucas, 1980) es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y profesor de Lengua Castellana y Literatura en el IES Lomo de La Herradura. Como filólogo ha coordinado algunos coloquios sobre literatura canaria a través de la iniciativa “Entre palabras” y ha participado como ponente en el I Congreso de Relaciones Internaciones entre Canarias y América organizado por la ULPGC y la UNAM. Como autor, sus textos han sido seleccionados en diferentes iniciativas literarias como El barco de papel (Universalis), `Cuadernos de Humo’ del poeta y profesor Hilario Barrero, la canario-argentina Islas al Sur (Plutonio), la antología canario-cubana Sin mar por medio así como también algunos de sus textos en las revistas digitales `Dragaria’ y `Crear en Salamanca’. Ha publicado en solitario, Madera y metal (Idea, 2015) y Aquel lejano lugar (Cartonera Island, 2018). Actualmente colabora para el blog digital de reseñas literarias `El marcador de libros’ en la sección de poesía.

 

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