Poemas de Luís Ángel Marín Ibáñez
ÚLTIMO MEMEMTO
(Buenos
Aires 25 de septiembre de 1972
Apartamento
Montes de Oca)
Al fondo de las lilas
Alejandra se oculta en la sombra
—no estoy enferma, dice—
simplemente ya no encuentro las
palabras.
Es tan difícil dar con ellas.
Es tan difícil mantener un doble sexo.
Hoy mi lápiz es blanco
—mi último lápiz—
y la vida un lienzo misterioso.
El punto de llegada
tiene la meta en la libertad
y el deseo me conlleva
a los arrabales del tránsito.
Ya toco la estrella de Bernard
y me da luz la estrella de Erídano.
(Oh vida
Oh lenguaje
Oh Isidoro)
Los instantes tienen forma de revolver:
de un revolver que ha disparado
cincuenta balas de Seconal.
EL SILBO DE LAS
CAMPANAS
No quiero ser un desertor
la casa convertida en logaritmo me lleva
a lo insondable,
habito cual navegante celeste, hinco los
codos en la lluvia
y resuena el color de la esquizofrenia,
cada extensión
tiene su propia luz, su propia sombra y
su neblina:
soy el huésped de una contemplación
donde la ciudad perdida
es la llama sin reposo que coge el
testigo de la sangre.
No quiero ser un desertor
las raíces tienen el acode de una senda
descalza,
la Ausencia es la materia y el orden,
un pedazo de vuestro plectro con mirada
silvestre
que detiene la orfandad y la página del
aire
hace de estatua mientras flotan los
incendios.
No quiero ser un desertor
mi
Mundo cabe en estas paredes, su firmeza da textura
al signo existencial y a la medida del
encuentro.
Imposible negar su oficio y la flor que
la sustenta.
No hay pretexto para la huida el trigo
puebla un concierto menhires,
y nada es pagano. Mi alma tiene siete
candelabros.
LA LEVEDAD DE LO
DE LO INFINITO
Cuando la carne
no siente el astro
ni la sin-razón
se transforma en Poema
el incendio no responde.
Para qué seguir jugando
si el relámpago ha muerto:
hay amantes que no entienden la
revolución.
EL GRITO DEL MAR
No era la noche
era el propio Vermeer quien
envolvía sus colores en la oscuridad.
Las lilas permanecían dialogantes
como si Alejandra escanciase sus
perfumes.
El sueño de Milton recordaba
un juego de banderas y la flor
cortada en el Paraíso de las sombras.
Whitman paseaba entre Brooklyn
y Manhattan sin poder encontrar
las hojas de la hierba.
Mallarme incapaz de dormir
buscaba el quinto punto cardinal
en la pureza de lo invisible.
Desde la hondura Federico cantaba
seguiriyas
y el aire tintaba los signos de la
Muerte.
El Jarrón de flores sobre la cómoda
tenía el embrujo de Bodelaire y
Lautréamont
se columpiaba en la lámpara.
El Silencio era todo de Holderlin
y el sueño sin soñar de Novalis.
No fue una noche cualquiera,
fue la ceremonia donde la Vida
auscultaba los pasos de la vida:
levantó el telón de los poetas
y el grito de lo eterno se hizo sol y
luna.
EN EL BORDE DEL
MUNDO
No soy amigo de la hoguera cubierta de
satén, ni de estar colgado
del trigo de los árboles, me embriaga la
mirada de Ingrid Bergman
cuando se convierte en libélula y el
clamor de los calabozos teñidos
por la mirra.
Adoro el astro que no pudo copular con
la estrella y fue su amante
durante un millón de siglos, el
concierto inacabado de las pirámides, la
fecundidad del memento que levanta su
torre en el crepúsculo, pero
nada más bello que ser parte del jardín
de los condenados.
Mi luz se convierte en el barro
predilecto, el atril donde Bette Davis
recita los poemas, un caballo herido por
el viento y el mármol que
roza el augurio de la intima exigencia.
Creo en el enigma escanciado por la
encina, que renuncia a la Muerte
para ser el señor de las amapolas, y en
la belleza que ha perdido su
juventud pero sigue siendo la reina de
los capiteles.
Hijo de la tristura me siento
atropellado por la golondrina, los suspiros
son robustos como un milagro y las
lágrimas piedras de café que
bordan lo etéreo. Sentir las profecías
de Louis Armstrong fue mi bosque
sagrado y la Ausencia un grito de
atabales en el corazón de la nostalgia.
GRITO
La ebriedad y su pabilo brumoso
al otro lado de la meditación.
Entre penumbras circundadas
donde los pétalos lactantes
se sienten esposados.
Cuando el Verbo se oculta
las lágrimas buscan el exilio
hienden la mirada
y los caballos se arrodillan.
Las celosías nunca duermen
ni siquiera en el sosiego
y su órgano siempre teclea
el canto maternal.
La última pregunta tiene
forma de iceberg
mas no encuentra el pendón
en su solapa.
El grito de Munch
ya no es un obelisco imaginario.
METAMORFOSIS
Ser la fuente y el Tiempo lejos de la
existencia apoyado en la pureza
—al otro lado de los espejos—,
desde lo visible a lo invisible, con la
máscara de la meditación
entre libélulas que danzan junto a los
astros.
Ser la capacidad de tránsito y el
predominio del azar
que lleva a la visión perfecta al hacerse
la hondura mito
del hombre que mira con el privilegio
del agua clara.
Ser lo que ya no es, pero sí está,
cuando el “Yo”
transformado en poética da sentido a la
redondez
y seduce a los gnomos como una neblina
contra lo estático.
Ser exilio mientras el mundo no consigue
tocarnos
porque la desnudez es demasiado fuerte
y su sombra lo suficiente perfecta. Y
ser amante y amado,
en el instante que la irrealidad deja de convertirse en utopía.
PARTITURA
Signo a signo
he hecho de la nostalgia lienzos para el ángel, incendiado
el azar en cada una de sus mansiones, y descendido hasta lo más sagrado de la
locura.
Signo a signo
me convertí en un susurro de inocencia horadando la
pesadilla del rayo, la humedad fue mi perfume favorito y en los burdeles
encontré la más regia transparencia, llegué a descifrar el feroz beso de los
amantes, y la culpabilidad del oro cuando se desangra entre la sombra.
Signo a signo
las monedas del perdón trenzaron una corona de laurel, y la
roca fue el aguafuerte en la mirada del Absoluto, negué la duda a los
mercaderes de hombres, la imagen fue el bastón y el delirio la bebida en el
desierto.
Signo a signo
me abracé a la inexistencia, a las cicatrices del agua, a
la llama de los picaportes, y al linaje del barro en los sepulcros.
Signo
a
signo
el
mar
fue
mi
prisionero.
JAZZ CUARTET
“Canto
a la Libertad”
La noche hacía de pianista,
y un desafío de metales
entre Charlie Parker y Louis Armstrong,
con Ella Fitzgerald desde la hondura
daba rigor canto espiritual.
Grises y negras, negras y grises
las notas salían del otro lado de la
tierra,
cual trémulo sortilegio
incapaz de rechazar el mapa del Olvido.
Las plantaciones de algodón volvían
a florecer con sones adivinatorios
bajo un cuarteto con sabor a origen.
Y todo estaba cerca y lejos a la vez,
era como si un continente
tocase arrebato, queriendo proclamar
el ancestral sufragio del hombre.
En ese cierzo de titanes
rugía el pregón de la Libertad
incinerada,
el desahucio de las argollas,
y los signos manchados por el sol.
La noche hacía de pianista
con la claridad que todo lo toca,
el jazz brillaba más que ellos mismos,
más que Ella, más que Charlie, más que
Louis.
Algo así, como un blanco sobre negro…
un negro sobre blanco
…queriendo poner fin a los colores.
EL POETA Y LA
EXISTENCIA
La palabra contra la Vida.
En el Poema yace el instante
quemado y cosido por el viento
y su candor recuerda
el triunfo de la penumbra.
Hacer de su voz un epinicio
es como ensanchar la materia
en los pasadizos de la irrealidad.
Y nada más blanco que el primer
refugio donde los círculos nos acechan.
El hombre y el delirio son
una misma persona cuando
se tocan las galaxias con los dedos.
No importa que carezca de sentido
el Asombro nos conmueve con su lanza
y siempre hay un oculto borneo
que da luz a la Nada y al Todo.
Solo frente a los alcoholes
el poeta da vida a su revolver.
MATER
Junto al rostro de todas las aldabas me
arrodillo
para izar tu nombre,
no importa la clausura del viento ni el
sosiego
que marcha a los confines,
las armaduras no son suficientes para
tapiar mi sangre
— y aunque oscura es el alba—,
sus cantares me tienden la mano como si
fuesen estrellas.
Las paredes miran en silencio—en un
doble silencio—
y el anillo de la vida me cubre con tus
manos.
Allí estás, allí estás, como si fueses
una república invencible:
tu ausencia es un ramo de caoba y el
regocijo
de una ambrosía recitando pastorales.
Ocultas en el cielo cual rincones alados
tus caricias descienden
y no hace falta vigilar la noche—porque
la noche eres tú—
Mi nodriza, mi querida nodriza—hija de
la nieve—,
tus labios me habitan en lo inacabado,
en ese arabesco que es murmullo y permanencia
y ni siquiera la Ausencia lo consiguen
detener.
Siempre serás mi Rimbaud, mi Federico,
mi Huidobro, mi Alejandra:
me los diste como hermanos y en su aire
respiro
— gracias por tanta bondad madre—,
por ser el perfil en el catálogo del
sueño
y el canto que cubre mi alma en
el Poema.
CUARTETO PARA
VIOLÍN
EL NÚMERO DOS es el asfalto sin reposo que embriaga al
mundo con su nieve, el volcán que delata la locura de las mariposas y ese manto
de paredes ocultas que no cree en la Muerte y hace de la sombra la cima
duplicada: remota su voz, se siente
amante y amado como si fuese el miraje más arcano de la existencia.
EL NÚMERO DOS nunca es ajeno al surco del destino, su
liturgia parpadea en las ventanas del Poema, las leyendas tienen su rostro y
agita el instinto con el estandarte de la necesidad: imposible huir de su gema
y de su asombro, ni del beso que termina y ya comienza a florecer.
EL NÚMERO DOS tiene la perfecta realeza de la oscuridad, su
viento lleva un inquebrantable predominio y siempre palpita el la misma
dirección: radiante como una guirnalda nupcial enciende el sudario de los
metales y hace de centinela cuando los signos se sienten asustados.
EL NÚMERO DOS representa la oquedad más recurrente, la roca
trasmutada en mar, el incendio abrazado
a la lluvia y el magma de los senderos que hace de clave y Firmamento: redondo
como los ojos del agua, canta la ronda de las golondrinas y camina descalzo por
el instante donde las humaredas se detienen.
PARTITURA
Luís Ángel Marín Ibáñez, con DNI .
17428277-G, nacido en Zaragoza, en 1952, Licenciado en Filosofía y
Letras. Poeta muy original, al fundir la razón, el delirio y el ensueño en el
poema, haciendo del instante y la imagen el epicentro del poema, en un soñar y
no soñar a la vez…en una lucha entre el Ser y el No Ser. Tiene 13 poemarios
publicados. Entre otros premios ha sido ganador del Premio “Platero” de la
Organización de Naciones Unidas, Premio Instituto Cultural Latinoamericano de
Argentina, Premio La Porte des Poétes de Paris, Premio Centro de Escritores
Nacionales de Argentina, Lating Heritage Foundation de EE.UU., Certamen de
poesía en castellano Tamariu,
Premio Certamen Internacional de
Poesía Lincoln-Marti de Miami, (Estados Unidos), finalista en Premio de la
ciudad de Segovia y Villa de Madrid…etc. Académico de La Academia
Norteamericana de Literatura Moderna Su obra ha sido traducida al inglés,
francés, italiano, rumano, portugués, alemán, japonés y chino. Integrante en
varias antologías poéticas de la lengua española.
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