Poemas de Maite Glaría






EL PERFECTO TRAZO

 

Estás llegando a mí

como un regalo.

Escucho el manantial eterno de tus pasos,

el aire huele a ti y me provoca

tanto

que puedo saborear

tu sombra.

 

Ya tus manos se deslizan

por mi pecho

a milésima distancia

de mi antojo,

y yo admiro el horizonte

de tus ojos y el deseo

que en tu cuello

se desboca.

 

Tal parece

que la luna me ha confiado,

en un parto

febril de nueva aurora,

la candente

melodía de tu cuerpo

y el perfecto

trazo de tu boca.

 

(Del poemario Amazona de fuego).


 


ESO QUE FUIMOS

 

Fuimos el árbol frondoso que da sombra

y refresca la esperanza,


el oxígeno que nutre,


la rama que acaricia

y el delirio que te abraza.

Fuimos la nube, la tierra.

y la nostalgia,

la brisa leve y la tormenta extraña.

Fuimos la roca que te afinca

y la raíz que te reclama,

la flor que se abre en la mañana

y una sombra dorada entre las palmas.

Fuimos un pez,

fuimos un ave,

y una mariposa rara.

Fuimos un soplo feroz

y un suspiro tibio

besándonos la cara.

 

(Del poemario Amazona de fuego)


 


DESDE EL ESPEJO ALGUIEN ME MIRA

Es una figura rota, desconocida.

Busco el origen del suceso

remontando pasillos antiguos,

laberintos de recuerdos,

rincones oscuros y yermos.

Atravieso el umbral de lo imposible

y una niebla gris me encuentra

aferrada aún a lo inverso.

Un túnel se cierra a mi espalda

y una joven ríe entusiasmada,

segura de nadar en su corriente

con el alma de luz, enamorada.

Regreso por donde hay escape,

obviando senderos de luna,

glorias que ya pasaron,

aventuras,

olores de antaño

y la juventud perdida.

Desde el espejo alguien me mira...

 

(Del poemario El ala trunca)


 


MI CIUDAD

 

Abrazo mi ciudad

de dioses

y demonios

con la urgencia

de un alma

vagabunda.

Ciudad noble

de noches insaciables

y agónicas mañanas

sin amparo.

Abrazo esa ciudad que añoro

por su mar encrespado,

por sus tardes,

olorosa a miel,

inconcebible,

desgarrada.

Abrazo mi ciudad

en lo imposible.

 

(Del poemario El próximo destino)


 

 


ALUCINADA

 

Tu vientre es barca colosal.

Tu espalda es dogma.

Te cabalgo, posesa,

en una rima.

Descubro la pasión

cuando me nombras.

Delirio y vida.

Suspiro y sombra.

Tu garganta trepida sensual,

desenfrenada,

mientras sucumbo en tu raíz,

alucinada.

 

 

(Poema para un próximo libro)




CORDURA

 

Dicen que ha visto

un mar de pájaros tallados

en la madera de árboles caídos,

un río de peces muertos en la orilla

de un pantano,

y un aire perplejo que atrapa

matrices en los olvidos.

 

Dicen que ha sembrado hiedras

en postes de farolas apagadas

y que camina por un arroyo

donde luciérnagas acampan.

 

El caminante anda

sin  luces ni memorias

solo historias atrapadas en su infancia.

Lleva en los bolsillos una estampa

y arena de su patria en los zapatos.

Viaja en una oscuridad repleta

de recuerdos enajenados

y luces de memorias trasnochadas.

 

El caminante alucinado lleva

un libro ceñido a su regazo

y una flor marchita

con un poco de cordura

entre sus páginas

 

 

(Poema para un próximo libro)



AÚN


 

Es en este corazón,

el mío,

ignorado bajo el peso

de las sombras

por esa ingratitud que me han dejado

—y aún me dejan—

los olvidos,

es en este corazón infortunado

con un ala truncada por amores,

temeroso de espantar

lo que aún defiende,

este epicentro mío enajenado

por tantas injusticias

y agravios indolentes,

es en este corazón

casi omitido,

desangrado,

donde aún late la queja

de un te amo.

 

 

(Poema para un próximo libro)

 

 

 

 

María Teresa Glaría (Maite Glaría)

María Teresa Glaría Mejía (Maite Glaría) nació en Ciego de Ávila, Cuba. Pedagoga, poeta y editora, estudió Licenciatura en Educación en las especialidades de Literatura y Español en la Universidad “José Martì”, de Camagüey, Cuba. Se diplomó también en Comunicación Social, Gerencia Empresarial, Marketing, Relaciones Públicas y Publicidad. Fue editora de la revista Ciencia, de la Academia de Ciencias de Cuba. Vivió varios años en México, donde trabajó como editora y comunicadora y colaboró en diversos proyectos de divulgación científica y cultural. Es miembro de la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica (Somedicyt). Su pasión por la poesía ha sido una parte inseparable de su vida. Ha publicado tres poemarios: Amazona de fuego, El ala trunca y El próximo destino, este último dedicado al 500 aniversario de La Habana; tiene también otros inéditos. Es editora de la Editorial Voces de Hoy, de Miami, y colabora con poemas, narraciones y artículos culturales en diversas publicaciones. Tiene tres hijas y dos nietos, razones esenciales de su existencia. Actualmente reside en Estados Unidos.

 


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