Poemas de Dariel Fonseca Interián
El
silencio entre paredes frías
siente las nubes de barro.
En la esquina de la vieja casa abandonada.
Nadie.
Solo espíritus de color azul
solo yo veo al niño sin rostro
cortado por la burbuja de tristeza.
El desplome de la cuchara sobre el plato
las telarañas que esperan desde el milenio
el huérfano
vigilado por las voces me persigue.
Alguien
el perro florido de imaginación violenta.
Angustia entre silencios
un agujero de escarcha
un abismo de púa
entre témpanos que chocan
El silencio entre palmadas.
Y el aliento se arroja
por la ventana de Dios.
Se
acaba el espacio
No quiero un final.
No soy más que una palabra
acompañada por Dios.
Desaparece este cuerpo
borrones.
Leerme causa pánico.
Un niño negativo con un don nuclear.
Más allá del simple hecho poético
historias pérdidas en calles ortográficas.
Evolucionan esperanzas
que terminan con los falsos profetas.
Madre
te cuido como a mí mismo
no falta el ser
que va y sube según la marea.
Olas arrastran un mal de lectores.
Palabras enterradas en el cielo
escaso homenaje a los que dejan un fin.
Un fin incompleto no es copia madre
es ilusión.
Ilusión este pequeño cuerpo
con una gran sed de temas.
Debate nunca de acuerdo con el mal.
Mal que gusta
mal natural de nacimiento
defecto notable
aroma único
incivilización.
Rostro
que aúlla en el vértigo.
Las voces me rondan
reposan sobre el aliento
visible de un rostro.
El futuro se escribe
en tus ojos
liberado
como una campana
suena en mi oído.
Las sombras me persiguen
como vela comida
grito
grito que lleva su tristeza
como labio.
Muerte.
Muerte profunda
que vive en el amor.
Un fin
como otro cualquiera
un significado.
Detrás de muchos párrafos
escritos y sin limpiar.
En ese polvo congelado
este dolor entendible.
Nunca me rindo
pero a veces…
P ensar
un cambio de actitud
detrás de la indiferencia de esa voz.
Hablo con ese que se parece a mí
pero es quien escribe
escribe lo que solo sabe.
Antes
él
vio ese pantano
que se parece al fin.
siente las nubes de barro.
En la esquina de la vieja casa abandonada.
Nadie.
Solo espíritus de color azul
solo yo veo al niño sin rostro
cortado por la burbuja de tristeza.
El desplome de la cuchara sobre el plato
las telarañas que esperan desde el milenio
el huérfano
vigilado por las voces me persigue.
Alguien
el perro florido de imaginación violenta.
Angustia entre silencios
un agujero de escarcha
un abismo de púa
entre témpanos que chocan
El silencio entre palmadas.
Y el aliento se arroja
por la ventana de Dios.
No quiero un final.
No soy más que una palabra
acompañada por Dios.
Desaparece este cuerpo
borrones.
Leerme causa pánico.
Un niño negativo con un don nuclear.
Más allá del simple hecho poético
historias pérdidas en calles ortográficas.
Evolucionan esperanzas
que terminan con los falsos profetas.
no falta el ser
que va y sube según la marea.
Olas arrastran un mal de lectores.
Palabras enterradas en el cielo
escaso homenaje a los que dejan un fin.
Un fin incompleto no es copia madre
es ilusión.
Ilusión este pequeño cuerpo
con una gran sed de temas.
Debate nunca de acuerdo con el mal.
Mal que gusta
mal natural de nacimiento
defecto notable
aroma único
incivilización.
que aúlla en el vértigo.
Las voces me rondan
reposan sobre el aliento
visible de un rostro.
El futuro se escribe
en tus ojos
liberado
como una campana
suena en mi oído.
Las sombras me persiguen
como vela comida
grito
grito que lleva su tristeza
como labio.
Muerte.
Muerte profunda
que vive en el amor.
Un fin
como otro cualquiera
un significado.
Detrás de muchos párrafos
escritos y sin limpiar.
En ese polvo congelado
este dolor entendible.
Nunca me rindo
pero a veces…
cuatro paredes a mi alrededor
murmuran
venden torturados recuerdos.
Caen las alas de ese tornado único.
Escribo una verdadmurmuran
venden torturados recuerdos.
Caen las alas de ese tornado único.
detrás de la indiferencia de esa voz.
Hablo con ese que se parece a mí
pero es quien escribe
escribe lo que solo sabe.
Antes
él
vio ese pantano
que se parece al fin.
Wow , un Borges cualquiera!
ResponderEliminarHe cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.
Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida
no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.
Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.
Gracias Orisbel , un abrazo.
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