PULSANDO MIS CRISTALES CON EL TIEMPO. BERTHA MARÍA GÓMEZ
BERTHA MARÍA GÓMEZ en la presentación de su libro Quebraduras.
Existo como una prolongación ausente
del paisaje
Tarek
William
El tiempo
me arrancó las cosas más queridas:
el piano de
conciertos infantiles,
la hamaca a la sombra
de mi abuela,
el canto de mi madre;
los abrazos que el
viejo no me da
─porque
he crecido─,
la posibilidad de ser
artista
y una fiesta en los
ojos.
El tiempo
¡ah, el tiempo!
Él me tiene
atrapada
y yo escapo
cuando me encuentro
justo al borde del abismo.
Mi vida es un jardín que se
ha secado.
El hada del Dolor ajó sus flores
y ya no trina en él, dulce y
confiado,
el pajarillo azul de mis amores...
Nicolás Guillén
Es el pasar del
tiempo cruel castigo.
Di juventud, ¿qué
vientos te han llevado?
Sólo la soledad vive
conmigo:
Mi vida es un jardín que se ha secado.
Escapó a mis espantos
la sonrisa,
han marchitado sueños
bienhechores;
no sopla en mi jardín
la tierna brisa:
El hada del Dolor ajó sus flores.
Alzó del nido el
vuelo, se ha marchado
llevándose mis sueños
─los mejores─
y ya no trina en él dulce y confiado,
no quedan de sus huellas
ni rumores:
¿A dónde se habrá ido,
bien amado,
el pajarillo azul de mis amores?
EL ESPEJO
Alabado sea
el rostro del que se mira en el espejo,
porque mira tranquilo a esa otra criatura
en que se ha convertido
Carlos Crespo
El espejo no refleja
esta imagen:
sólo una sombra atormentada lo recorre,
ya no devuelve la
silueta que desgarra ante él
sus angustias y
memorias.
El espejo ¡ah el
espejo!
También pesan los
años en sus ojos,
se avergüenza de la
tanta luz del día
y se le abren grietas
en el alma.
El espejo, añoso
espejo,
que ya no logra ver a
Blanca Nieves
y se resigna con
andar ─como en un bosque─
desgajando otro siglo
con su bruja.
EL
VIAJE
Vengo de los
siglos,
del tono monocorde
del silencio,
de la nada y del
todo;
de la sima profunda
de la historia.
Estoy al borde de la
vida:
No sé si morí ayer, igual
nadie tocó en mi honor
el Gloria de la Missa
Solemnis de Beethoven.
No sé si naceré
mañana
y romperá mi llanto
el silencio en su vórtice.
Acaso sigo siendo un
trino encadenado,
o una gota de mar en
el vacío;
acaso hoy sudo el
vino ─que no tomo─.
Estoy al borde de la
vida
y van surcando el eco
los sollozos
de
mis piedras.
LA CASA
El centro de la casa
vuela como el punto en la línea
Lezama
Lima
Un grito de arena
ahoga un estruendo de
ladrillos
y alguna que otra
teja
se rompe el espinazo.
A veces pienso que me
voy con la casa:
A ella le salen
grietas,
a mí me salen canas;
a ella se le cuartean
las paredes,
a mí los huesos…
hasta el alma
¡Pesan tantos los
años!
─Los suyos y los míos─
A veces pienso que me
voy…
GOLPES
Con un colérico temblor
están hablando alto
los cristales.
Tumultuosa
impaciencia rompe las contenciones:
Ruptura de heridas
solapadas,
pluralidad de
insensatez.
Cansados de entonar
una salmodia,
hasta los más
prudentes abandonan su liturgia,
quebrantan la
paciencia de Dios
transidos de esperar por sus
visitaciones.
Están cayendo los
retoños de las ramas del tiempo,
como si un vendaval
golpeara las agujas del reloj.
OTRA PENÉLOPE
Soy una Penélope que
tejió y destejió
el hilo de su vida.
No esperé nunca a
ningún hombre:
Mi verdadero Ulises
se marchó
en una barca sin regreso.
He compartido el
agua, el pan, el vino,
la piel;
pero he bebido sola
mis angustias.
A veces, se me caen
los silencios con que visto
y la silueta de mi voz queda al
desnudo,
sin importar quienes
observan mis entrañas.
EL CAMINO DE LA VIDA
Es largo y
tormentoso
el camino de la vida:
Se me rompe la piel,
la agujerean las
ausencias,
la distancia,
los recuerdos.
Pero también la
lluvia sana esta nostalgia
y me convida a
retoñar
la
tierra húmeda.
PERO VALE LA PENA
Somos:
Apenas niños,
apenas jóvenes,
apenas hombres o
mujeres,
apenas viejos,
apenas huesos;
apenas polvo,
apenas nada.
¡Y puede ser la vida
tan efímera!
Pero vale la pena
vivir…
eso que apenas somos.
Cuando pensé que
marchitaba,
florecí.
CINCO MINUTOS DE
OCTUBRE
Ya son las doce y octubre
María de las Nieves Morales
I
Ya son las doce y
octubre
otra vez entra sin
prisa;
con sus aires se
desliza
por mi memoria,
descubre.
Doce y un minuto:
cubre
con espinas mis
desiertos;
vienen sus ojos
abiertos
escudriñando lo arcano.
Octubre tiende su
mano:
Yo me escapo hacia
otros puertos.
II
Doce y dos minutos:
llega
octubre con sus
desvelos
─esta frialdad de
hielos
derritiéndose me
anega─.
En octubre soy
labriega
que no encuentra sus
labores.
Vuelve octubre. Sus
albores
me atenazan cual gigante:
Octubre es un
caminante
que va robando mis
flores.
III
Doce y tres minutos.
Voy
acostumbrándome a
octubre:
Nada importa si
descubre
el cadáver que aún no
soy.
Retorna octubre y ya
estoy
en la esfera sideral,
pero octubre es un
panal
donde se rompe mi
inercia:
Me invita a una
controversia
con un difícil final.
IV
Doce y cuatro:
Octubre lava sus horas
como a ninfas
pecadoras
en la escena de un
teatro.
No es un dios, mas lo
idolatro
aún cuando me
encuentra triste.
Regresa octubre. Desviste
los ojos de mis
cristales:
vierte ánforas en los
males
de un corazón que
resiste.
V
Doce y cinco
Me despierto, huele a
octubre.
En sueños me vi en el
Louvre
y me levanté de un
brinco.
Aferrarme con ahínco
quiero al sueño que
termina,
porque este octubre
germina
en deshilachado
espacio:
Octubre se va
despacio,
como una flor
peregrina.
octubre/2016
AÚN SE PUEDE SE ÁRBOL
Quisiera ser el todo
y no la parte de mí
misma que el espejo devuelve
─Tampoco hay que
exagerar─:
Está bien que
desahogue mis ojeras,
no son las mismas
piernas las que cruzo
después de recorrer tantos
caminos,
de ablandar tantas piedras
a golpe de tropiezos.
Una se fue espantando
el miedo a manotazos
hasta perder el color de
las mejillas;
pero si queda el
corazón,
aún se puede ser
árbol
y dar frutos.
COMO MAR
No es poco esfuerzo
sujetar la vida,
aferrarse a ella como
niño a la falda de su madre,
andar con estos
huesos quejumbrosos
después de
tanto insomnio,
de tantas horas
apagadas.
Pero soy como mar,
y llevo el horizonte
apretado a la cintura.
OTRA VEZ EL TIEMPO
El tiempo cae sobre nosotros, pero
mientras hay una meta prometida
no se siente el gotear de su caída
ni consulta relojes el viajero.
Jesús Orta Ruiz
I
El tiempo cae sobre nosotros, pero
nos rompe de a
pedazos y exacerba
ese dolor que poco a
poco enerva
las ganas de vivir ─mas
aún no muero─.
El tiempo abraza todo
cuanto quiero,
así sus manos poco a
poco matan;
son poderosas manos
que arrebatan
el esplendor con que
la vida fluye:
El tiempo pasa y todo
lo destruye
mas, la memoria y el
amor, rescatan.
II
La muerte, con el
tiempo desbordada,
como furia letal a
veces llega;
junto a Caronte, en
su bregar navega
a enfrentar la
existencia y su alborada.
Pero puede quedar
impresionada,
cuando el amor la
encara en su batida:
El amor es semilla
amanecida
de la que frutos y
retoños brotan,
que de vivir las
ganas no se agotan
mientras hay una meta prometida.
III
Es el tiempo llovizna
que no acaba
y puede a veces ser
un buen amigo,
porque al pasar arrastrará
consigo
huellas de males que
la muerte graba.
Y si en su andar de
peregrino cava
para sembrar en
tierra agradecida,
retoñará la tierra
humedecida,
se llenará de frutos
a su paso:
que cuando llueve el
tiempo en el ocaso,
no se siente el gotear de su caída.
IV
El tiempo es siempre
audaz e indetenible,
presente es,
pretérito, futuro;
llegar a tiempo es
ejercicio duro,
ser su enemigo, error
indescriptible:
avenirse con él es
preferible
al comenzar la
historia desde cero.
No sé si amigo, o
enemigo fiero,
se mueve el tiempo en
un eterno viaje;
pero no cambia nunca
su equipaje,
ni consulta relojes el viajero.
RAYO DE LUZ
El horizonte es un
espejo en que no puedo verme.
Lástima de espejo,
porque después de
tanto andar soy árbol retoñado.
Qué importa si la
lluvia empaña mi horizonte:
queda un rayo de luz en
el sendero.
PERCUSIÓN DEL SILENCIO
Cuando mi
vejez detenga el tiempo
Lina de Feria
La lluvia se durmió
en mis brazos,
el aire apenas viene
a sorbos,
ha cambiado el
paisaje en mi garganta:
Una se rompe poco a
poco,
cada minuto quiebra
un sueño
para esculpirlo en una nube.
Cansada estoy de
corregir el rumbo,
medio siglo debió ser
tiempo suficiente
para aprender a andar
y aún voy dando
traspiés.
Caen los recuerdos
─turbión en mi vigilia─
niebla sobre los harapos ─del alma.
El silencio percute: celestial
lobreguez
de
mis espantos.
De pronto me descubro
viva,
pulsando mis
cristales con el tiempo.
BERTHA MARÍA GÓMEZ
SEDANO
La Habana, 1954.
Ha obtenido entre
otros reconocimientos primer Premio en poesía del Concurso 6 de Junio, 1978;
Premio en décima escrita del Concurso Angelito Valiente 2002; Mención Especial
del Concurso Internacional de poesía NOSSIDE CARIBE 2003, Primera Mención en
poesía del Concurso La Enorme Hoguera 2003. Trabajó varios años como Profesora
Instructora de Literatura en la Casa de
Cultura “Olga Alonso González”, así como de Profesora de Literatura General,
Comunicación Pedagógica y Comunicación Profesional en la Sede de la Universidad
Pedagógica “Enrique José Varona” del municipio San Miguel del Padrón, en el
cual también se desempeñó como Profesora de Literatura Cubana y Literatura
Latinoamericana en la Sede de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad
de la Habana y como Coordinadora de la carrera de Estudios Socioculturales.
Además es Licenciada en Derecho.
Actualmente es la Coordinadora de la filial del Grupo de poetas “Ala Décima” en el ya mencionado municipio. Tiene publicados los poemarios Quebraduras (2009) y “El viaje” (2020). Recientemente la Editorial Primigenios Publicó su libro de cuentos “Pero no me toques”. Ha sido incluida en varias antologías dentro y fuera de Cuba.
HENDEDURAS DEL AGUA
La dificilísima sencillez por que abogaba Azorín en punto de estilo, asoma en estas páginas. Entras a ellas y te arropa como un sencillo fluir de agua, a veces de apariencia sosegada, a veces con la ligera brusquedad del salto a que obliga alguna piedra. Pero siempre, debajo, el latido inquietante de la vida.
Agua de regadío es esta para
surcos del recuerdo, en los cuales, una vez irrigados, de seguro reverdecerán
angustias y certidumbres, quemaduras y esperanzas. Agua que comparte con la
tierra sus propias hendeduras y le transfiere, al cabo, su voluntariosa
capacidad de autosalvarse.
Porque –no se engañe el
lector- no es esta un agua mansa. Parsimoniosa sí, pero rebelde a fin de
cuentas, empeñada en mantener a flote no el guijarro, sino la flor que viaja en
el torrente.
En Quebraduras, Bertha María
Gómez Sedano, con oficio poético airoso por igual en estructuras abiertas y
cerradas, nos deja, en la memoria de la herida, la vocación del pétalo que la
restaña. A pesar –avisa- de que la lluvia empañe el horizonte: queda un rayo de
luz en el sendero.
Pedro Péglez González
Ciudad
de La Habana, mayo del 2006.
En líneas rápidas y concisas avanzan los versos de Berta María Gómez
Sedano, hechos para la comprensión ágil de lo intuitivo. Con emociones
decantadas rememoran lo sucedido, presentizan lo que ha dejado insondables
huellas, valoran el decurso y las proyecciones del destino. Las estructuras son
meros soportes, sin protagonismo formal: son los vehículos para las emociones,
ya convertidas en nervios vivos del recuerdo. Sin rebuscamientos ni alardes
entonacionales, su verso fluye hacia la naturalidad del misterio.
Roberto Manzano
De la antología Bienaventurado el árbol que camina, La Habana, 2007.
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